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¡Bienvenidas!

Al conocer a Jesús nuestra vida cambió.

¡Ahora tenemos nueva vida! Por eso nos llamamos "Bienaventuradas somos".

¡Es nuestro deseo que esta página te sea

de gran edificación y puedas ver a Jesús y ser

también bienaventurada en Él!

Pared con textura

Sobre nosotras

El ministerio de MUJERES ♥ ~BIENAVENTURADAS SOMOS~ busca desarrollar el carácter de mujeres conforme al corazón de Dios, por medio de enseñanzas centradas en la Palabra de Dios. Así estaremos preparadas para desempeñar nuestro rol tanto en el hogar, como en la Iglesia y en la sociedad, siguiendo el diseño de nuestro Señor. El amor fraternal se va fortaleciendo al tener comunión unas con otras, recibiendo en unidad la Palabra de Dios y  teniendo tiempos de bendición, juntas en su presencia. 

¡Amamos a Jesús y queremos compartirlo!

Pertenecemos a la Iglesia

Casa de Oración Santifícalos en tu verdad.

Buenos Aires, Argentina.

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plantas secas

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 

Juan 14:6

Ramo temático naranja

Un encuentro con Jesús
~Con María de Nazaret~

"Cuando Elisabet estaba en su sexto mes de embarazo, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea, a una virgen llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos, mujer favorecida! ¡El Señor está contigo!" (Lucas 1: 26-28 NTV).


Allí estaba María, en Nazaret. La Biblia no nos dice la edad de ella, pero en esa época las mujeres se casaban muy jovencitas. Ella estaba comprometida con José. Y de repente, todo cambió. Sus proyectos, sus planes, se desvanecieron ante el glorioso llamado de cumplir la voluntad de Dios.


¡Cuán favorecida fue María! ¡Verdaderamente bendita! No por ser más que otras mujeres que tuvieron su encuentro con Dios, sino porque fue escogida como instrumento para que naciera el Salvador.


"Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios" (Lucas 1:30-35).

 

Esto había sido anunciado varios siglos antes, por el profeta Isaías, en el A.T: "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel" (Isaías 7:14). Emanuel significa "Dios con nosotros". De las mujeres de todas las épocas, María tuvo la honra más grande. Llevar en su vientre, por la obra del Dios Altísimo, al Salvador.

Esta jovencita de Nazaret, obedeció, se sometió a la voluntad del Señor.

Para ella sería un gran desafío, en todos los sentidos. Pero su respuesta nos muestra su entrega total y su gran amor al Señor. "Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo

conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia" (Lucas 1:38).


Ella tenía un corazón humilde y dispuesto a cumplir el llamado de Dios. Entendió de su humilde condición, ante la grandeza del Señor.

 

"Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen” (Lucas 1:46-50).

Ella engrandeció a quien es el único digno de adoración, se regocijó en su Salvador.

No dijo: “Desde ahora me adorarán”, sino: “desde ahora me dirán bienaventurada”.

Se la recordará por todas las generaciones por ser dichosa, afortunada, supremamente bendecida.

Por disponer su vida sin excusas, en las manos del Dios Todopoderoso, que se sirve de siervos fieles para llevar a cabo su perfecto plan. Se la recordará por ir al encuentro del Dios, que hace de lo ordinario, algo maravillosamente extraordinario.

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